Las organizaciones (ASAJA,CCAE, COAG, UPA, Comité de gestión de Cítricos y AILIMPO)que representan los intereses de la citricultura española presentan una serie de propuestas, entre ellas que se establezca de manera clara y rotunda el cierre de fronteras si se detectan seis casos de la plaga en los envíos

La incesante presión que viene ejerciendo el sector citrícola español en su conjunto para frenar el descontrol que impera en las importaciones europeas de cítricos de Sudáfrica contaminados con la gravísima enfermedad de la Mancha negra ha forzado a las autoridades comunitarias a presentar un plan de actuación destinado a atenuar el elevado riesgo fitosanitario que entrañan estos envíos para la supervivencia de la citricultura de la UE en el caso de que esta plaga llegase a introducirse en territorio europeo. Este plan es consecuencia también de las conclusiones del Informe de la EFSA, que se publicó recientemente que coincide en señalar ese mismo riesgo.

Sin embargo, y tras un análisis detallado del documento presentado por la Comisión, los representantes de la citricultura española (productores, cooperativas, comercio e interprofesional del limón) consideran que, si bien se trata de un primer paso, la propuesta no satisface en absoluto las aspiraciones del sector porque las medidas que se plantean en el texto resultan claramente insuficientes a la hora de poder incrementar de manera eficaz el control sobre las importaciones de cítricos sudafricanos.

Considera el sector que el plan presentado está repleto de ambigüedades y que, por eso mismo, resulta imprescindible introducir toda una serie de modificaciones que despejen cualquier duda o interpretación sesgada, principalmente en el punto que hace referencia al posible cierre de las fronteras a los cítricos de Sudáfrica. Efectivamente, en el artículo 3 se incluye una referencia más o menos velada al bloqueo de las importaciones sudafricanas en el caso de que se produzcan seis interceptaciones de cítricos contaminados de Mancha negra en sus envíos, pero menciona que para proceder al cierre antes habrá que acreditar que las autoridades de Sudáfrica no han tomado las medidas suficientes para evitar el riesgo. Como es lógico, esa condición hace inviable en la práctica la adopción de una decisión inmediata al respecto.

Así las cosas, y con el objeto de corregir esa y otras insuficiencias de calado detectadas en el documento, el sector citrícola español ha presentado una serie de propuestas en las que se reclama, entre otros cambios, un reconocimiento explícito e incondicional de que la detección de seis casos de Mancha negra implicará el cierre inmediato y automático a las fronteras europeas a los cítricos de Sudáfrica. En las alegaciones también se solicita que a la hora de efectuar el cómputo de esos posibles casos de Mancha negra que puedan localizarse en los cargamentos de Sudáfrica se incluya no sólo la fruta destinada a los mercados en fresco, sino también aquellos otros cítricos que se envían a la industria de transformación.

El sector citrícola ha hecho llegar el pliego de alegaciones al Ministerio de Agricultura para que defienda en Bruselas la inclusión de las mismas en el proyecto final que está preparando la Comisión Europea y cuya redacción final podría concretarse a finales de este mes de abril.

Además, las organizaciones y entidades que representan al conjunto de la citricultura española han enviado sendas cartas al Ministerio de Agricultura y la Comisión Europea exponiendo los gravísimos riesgos que para el futuro del cultivo citrícola en Europa implica el calamitoso estado fitosanitario que presentan las importaciones procedentes de Sudáfrica. Sólo durante la última campaña, las detecciones de Mancha negra superaron la cifra de 36.

En los escritos dirigidos al Ministerio, a la Comisión y al Parlamento comunitario el sector citrícola español expresa también sus sospechas acerca de que esa falta de concreción sobre no pocos aspectos de la que adolece la propuesta de la Comisión esconde en realidad un intento deliberado de hacer prevalecer los intereses comerciales de los importadores del norte de Europa (Holanda y Gran Bretaña, básicamente) sobre los de los citricultores del sur. En este sentido, los representantes de la citricultura española citan como precedente y ejemplo a imitar con Sudáfrica, el caso de Egipto cuando las autoridades comunitarias cerraron cautelarmente el mercado europeo a las importaciones de patata del citado país tras detectarse algunas partidas contaminadas. También han evidenciado el contraste de la propuesta de la Comisión con la gestión del mismo peligro por EEUU: aquel gobierno, incondicionalmente comprometido con sus citricultores, ha aparcado los intereses comerciales de unos pocos, para blindar e impedir la mínima amenaza para las plantaciones nacionales, por ejemplo, imponiendo en su protocolo bilateral con SA que la administración americana participe directamente en el control en origen y descartando ningún atenuante para la fruta destinada a zumo