Es hora de exigir responsabilidades. Aún desconocemos el alcance del fraude del caso de Acuamed y hasta dónde llegan las prácticas corruptas relacionadas con esta empresa, que ha desviado entre 20 y 25 millones de euros en adjudicación fraudulenta de contratos públicos inflados para construir desaladoras. Pero, todo apunta a que la historia aún no ha tocado fondo, y que en los próximos días continuarán las detenciones y los desmantelamientos de tramas aún más oscuras. Cuesta creer y, sobre todo, asumir, que unas obras que nos vendieron a los agricultores como nuestra única tabla de salvación para suplir el déficit hídrico tras la derogación en 2004 del Trasvase del Ebro, simplemente eran un instrumento con fines lucrativos para que unos cuantos se llenaran los bolsillos con dinero manchado de engaño y corrupción en detrimento de la falta de agua de los agricultores.  

Y es ahora, después de este varapalo, cuando nos explicamos porque determinados máximos representantes del Ministerio de Agricultura estaban tan encaprichados en el agua desalada y en que ésta sustituyera al agua del Trasvase, ¿había un negocio oculto para lucrarse ilegalmente? Los gobiernos llevan tiempo intentando convencernos de que las obras hídricas y, en concreto, la construcción de desaladoras, eran la mejor solución para acabar con los problemas de agua del arco mediterráneo, a pesar de que nosotros siempre nos hemos mostrado reticentes a esta solución y hemos apostado incansablemente por proyectos estructurales que trasvasen agua de cuencas excedentarias como el medio Tajo, el Ebro o el Duero.

Desde Asaja Alicante nos hemos reiterado miles de veces, lo hemos repetido por activa y por pasiva. Además de que la producción actual de agua desalada no resuelve el déficit hídrico, los agricultores no la podemos pagar. El agua desalada tiene un coste de producción muy alto, a lo que hay que sumarle el incremento del precio de la luz. El resultado final del agua desalada es que puede servir para uso doméstico, para solucionar problemas puntuales, pero no es factible para la agricultura de una zona o provincia. Y para que se hagan una idea de la escasa o nula viabilidad de utilizar el agua desalada para riego, aquí tienen el dato: el agua del Trasvase Tajo-Segura cuesta 0,11 céntimos el m3 y el agua desalada cuesta 1 euro el m3, por lo que el agua desalada cuesta 10 veces más que el agua del Trasvase.

Necesitamos y exigimos soluciones ya. Estamos a mitad de febrero y ya llegamos tarde. Los agricultores tienen que comprar ya la semilla del cultivo que van a plantar en verano y, si no se aportan soluciones hídricas factibles y reales, muchos dejarán tierras sin cultivar ante esta incertidumbre. Nos enfrentamos a la pérdida de una superficie agraria muy considerable que lamentaremos con el tiempo, porque estas tierras, ahora fértiles, acabarán por desertizarse. No es tolerable que mientras que unos se han aprovechado y se han llenado los bolsillos a costa de nuestra necesidad, los agricultores vivan en la inseguridad diaria de no saber si cultivar o no porque no saben si tendrán agua para hacer crecer sus cosechas.

Tampoco entendemos muy bien lo que está pasando con el Tajo-Segura, y empezamos a sospechar de otro u otros negocios ocultos que puedan estar detrás de la continua negativa de Castilla la Mancha a trasvasar agua al sureste español. Me estoy refiriendo al negocio de las centrales hidroeléctricas como, por ejemplo, la central de Bolarque, entre otras muchas, a las que les interesa mover grandes cantidades de agua con la finalidad de producir más energía eléctrica y, por tanto, obtener mayores beneficios.

Por otro lado, me gustaría dejar claro que, respecto al tema de la cesión de agua de los regantes tradicionales a los del Trasvase, desde Jóvenes Agricultores-ASAJA Alicante no nos oponemos a que hayan cesiones de agua de los riegos tradicionales de la Vega Baja al Trasvase Tajo-Segura. Pero a lo que si nos oponemos es a que esas cesiones se hagan por las bravas, bajo una decisión unilateral por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura. Los regantes tradicionales siempre han demostrado ser solidarios. En otras ocasiones se han surtido de los pozos de sequía para favorecer al Trasvase con la cesión de agua embalsada, y han salido gravemente perjudicados porque el agua de los pozos contiene un alto grado de conductividad eléctrica. Por esto, consideramos que las soluciones definitivas nunca pueden pasar por una Cuenca tan deficitaria como la del Segura y para cualquier cesión de agua tiene que haber un acuerdo expreso de los riegos tradicionales. Lo que no se puede hacer es desvestir a un santo para vestir a otro e intentar crear un enfrentamiento entre agricultores, porque todo aquel que desee enfrentarnos no merece estar en ningún cargo, ni político, ni de ningún tipo.  

Con todo esto sólo puedo sacar una conclusión. Los agricultores somos víctimas. Somos víctimas de empresas y políticos que pretenden lucrarse aprovechando nuestra necesidad y jugando con nuestro medio de vida. Somos víctimas de un banquete de intereses en el que pretenden enfrentarnos, a los agricultores, que jugamos en el mismo equipo, sólo para desviar la atención y descentrarnos de nuestro objetivo común, los trasvases. Somos víctimas porque por culpa de la falta de agua se han incrementado nuestros costes de producción, se han mermado nuestros beneficios y nuestro futuro, ahora mismo, es totalmente incierto. Somos víctimas porque nos sentimos como un juguete roto. Nuestras necesidades y nuestro trabajo han sido utilizados como medio para el beneficio de corruptos a los que nuestra situación y la de la agricultura alicantina nunca les ha importado lo más mínimo.