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AVA-ASAJA afirma que las pérdidas que tendrán que afrontar los arroceros como consecuencia de estas circunstancias adversas superarán los 5 millones de euros al final de la actual campaña

.  La presente campaña arrocera, cuya fase de recolección arrancó hace sólo unos días con la celebración de la tradicional fiesta de la siega, emite síntomas tremendamente alarmantes que amenazan no sólo con enturbiar el carácter festivo con el que los arroceros inician cada año la temporada, sino también con que el balance final del ejercicio resulte muy negativo tanto desde una perspectiva económica como desde el punto de vista de la sanidad vegetal del cultivo.

Un informe elaborado por los servicios técnicos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) revela que la creciente propagación de plagas y enfermedades en los arrozales de la Comunitat Valenciana, de cuya evolución y alcance ha venido informando esta organización agraria, está obligando a los productores de este cereal a incrementar sus costes de producción un 10,5% respecto al año pasado. En concreto, los gastos que acarrea el cultivo han pasado de una media de 3.878 euros por hectárea a 4.218 por ese mismo concepto y la causa principal que explica ese encarecimiento tan notable no es otra que la necesidad en la que se han visto los arroceros de aumentar su desembolso económico en los capítulos destinados a productos fitosanitarios contra las plagas y a mano de obra para arrancar las malas hierbas que también proliferan de manera preocupante.

A esa escalada de los costes de producción hay que agregar, en el contexto de la actual coyuntura arrocera, que los precios de mercado son idénticos a los del año pasado al situarse de nuevo en 0,29 euros por kilo. A estas circunstancias adversas hay que añadir otro factor importante en términos de rentabilidad del cultivo como es la reducción de cosecha que sufrirán esta campaña los arrozales valencianos como consecuencia de los ataques de plagas y enfermedades. El estudio de AVA-ASAJA señala que las pérdidas económicas que tendrán que afrontar este año los productores de arroz, a raíz de los motivos apuntados, podrían situarse, partiendo de un cálculo conservador, en torno a 5 millones de euros. La cifra final podrá determinarse con mayor exactitud cuando concluyan, en torno al 15 de octubre, las tareas de la siega y se aprecie entonces con total claridad el alcance real de los daños ocasionados por el hongo de la Pyricularia, la enfermedad de la esclerotinia, otras fisiopatías, así como por las malas hierbas.

De momento, y a la vista del estado que presentan muchas explotaciones, tampoco las perspectivas en este terreno son favorables. Según las primeras estimaciones, la caída de producción se concretará en un 10% respecto al curso anterior, con lo cual, y si se tiene en cuenta que el descenso de la cosecha ya fue del 10% en la última campaña, a lo largo de dos años el sector arrocero de la Comunitat Valenciana habrá perdido un 20% de su capacidad productiva y pasaría de las 120.000 toneladas que venían siendo habituales a las 100.000 con las que podría cerrar la actual temporada”.

“Es evidente que el cultivo del arroz se está deteriorando a ojos vista y es preciso actuar –señala el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado–. Ante todo hay que unir esfuerzos con las Administraciones y los expertos a fin de buscar soluciones. En primer lugar, desde nuestra organización agraria pedimos a los distintos gobiernos que actúen para facilitar la aprobación de materias activas contra las plagas, puesto que las políticas prohibicionistas de Bruselas están dejando indefensos a los agricultores. En segundo término proponemos la creación de un grupo multidisciplinar de trabajo en el que esté representado el sector, la conselleria de Agricultura e incluso las universidades con el objeto de analizar lo que está sucediendo y dotarnos de los instrumentos necesarios para abordar los nuevos retos que tiene planteados el sector arrocero y que van a requerir un esfuerzo adicional por parte de todos los implicados”.

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