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AVA-ASAJA denuncia la incapacidad de la PAC para gestionar las crisis en tiempo y forma: “Mientras los agricultores se arruinan, en Bruselas veranean”

 

Aunque la ola de calor que viene asolando gran parte de Europa contribuye a incentivar el consumo de frutas y hortalizas, ese repunte de la demanda no se está dejando sentir en el bolsillo de los agricultores valencianos. Más bien al contrario, la campaña hortofrutícola avanza a su tramo final con una tendencia generalmente muy negativa que se traduce en precios ruinosos para los productores de la huerta valenciana.

Según un estudio elaborado por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), los cultivos que peor rentabilidad están cosechando son la sandía y el pimiento. En el caso de la sandía, las ventas han registrado a lo largo del verano unas cotizaciones medias de 0,12 euros por kilo, situándose por debajo de los costes de producción, e incluso en los últimos días el precio se ha derrumbado a 0,08 €/kg o cuantías menores que apenas cubren los gastos de recogida y transporte. Por su parte, el pimiento ha sufrido un freno en las ventas hasta el extremo de no ofrecer un precio a los agricultores.

Este derrumbe de la demanda llegó a afectar a las últimas partidas de cebollas y patatas de las comarcas valencianas, cultivos que durante esta temporada habían tenido un comportamiento razonable en términos de rentabilidad. Mientras que los precios medios rondaban los 0,22 €/kg en la cebolla y los 0,26 €/kg en la patata, al término de la recolección cayeron estrepitosamente hasta los 0,08 y 0,10 €/kg respectivamente.

La excepción en el sector hortofrutícola valenciano es el tomate, sobre todo el cada vez más reconocido y valorizado tomate valenciano, con precios en origen que se encuentran ahora mismo en torno a los 0,40-0,50 €/kg. Los agricultores de El Perelló han finalizado ya la recogida de sus producciones y faltan por comercializar los tomates valencianos producidos de forma más tardía en otras comarcas como el Camp de Túria.

AVA-ASAJA advierte de que no existen motivos objetivos de mercado para explicar este súbito derrumbe en las cotizaciones en origen de las frutas y hortalizas, máxime cuando las producciones no han sido mayores que años anteriores y mientras en Europa los termómetros han batido récords de calor. El presidente de la organización agraria, Cristóbal Aguado, denuncia “la incapacidad de la Política Agrícola Común (PAC) para gestionar las crisis de precios en tiempo y forma. Sin duda, la PAC ha fracasado en su objetivo de garantizar una rentabilidad digna a los agricultores. Mientras nos arruinamos, en Bruselas veranean. Ahora tienen por delante una reforma de la PAC decisiva en la que deben preocuparse y ocuparse por estabilizar los mercados, establecer un seguro de rentas o aprobar, de una vez por todas, una ley de la cadena alimentaria a nivel comunitario que sirva para corregir este tipo de abusos comerciales”.

Esta volatilidad de los precios hortofrutícolas vuelve a poner sobre la mesa además la necesidad de que el desarrollo del plan agrario de la Ley de la Huerta, cuya aprobación está prevista a finales de año, contemple medidas para mejorar la rentabilidad de los cultivos y un presupuesto suficiente, ya que difícilmente se podrá proteger la huerta de Valencia si no se protege a los agricultores.

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