La organización agraria Asaja Córdoba ha informado de que el pago verde de la PAC (Greening) ha impulsado en los dos últimos años en la provincia la producción de leguminosas ya que las hectáreas de cultivos importantes en Córdoba, como las habas o los guisantes, se duplicaron en el año 2016 con respecto a 2014, según los datos de las solicitudes de la PAC de la Junta de Andalucía.

De este modo, la producción de legumbres se ha disparado en Andalucía en los últimos dos años para alcanzar ya, según los datos de la campaña 2016, las 86.317 toneladas, un 49,1 por ciento más si se compara con la cosecha del ejercicio 2014, en gran medida impulsada por el pago verde de la PAC y los compromisos exigidos por el pago verde de la PAC en cuanto al cumplimiento de la diversificación de cultivos y la superficie de interés ecológico.

Además del cumplimiento de la diversificación de cultivos y la superficie de interés ecológico, Asaja Córdoba afirma que también ha influido la ayuda asociada a los cultivos proteicos de esta nueva PAC que establece una prima adicional para algunos de estos cultivos en torno a 40-50 €/Ha, además de lo que ya perciben por el Pago Básico y el Greening.

Todo ello viene derivado de la necesidad en la Unión Europea de fomentar los cultivos proteicos en especial para destinarlos a la elaboración de piensos y alimentación animal, ya que hasta la fecha se había sustituido la siembra de estos cultivos proteicos por la importación de soja transgénica de terceros países de la Unión Europea.

No obstante, y a pesar de estos buenos datos, el Parlamento Europeo (PE) se ha pronunciado a favor de la prohibición del uso de fitosanitarios en las Superficies de Interés Ecológico (SIEs) .

Esta nueva decisión prohíbe utilizar productos fitosanitarios en los barbechos y cultivos fijadores de nitrógeno que pretendan computarse para SIE, “con el grave problema que esto significa, especialmente en el caso de los cultivos proteicos fijadores de nitrógeno como las leguminosas para mantenerlos hasta el final de su ciclo productivo con unas garantías mínimas de éxito, lo que con seguridad va a suponer un nuevo descenso de la superficie sembrada de leguminosas en Andalucía y en el resto de España”.