El aguacate es el cultivo emergente más importante y representativo en la provincia de Alicante y ha conseguido atraer a agricultores jóvenes que se inician en la actividad agrícola o desean continuar con las tierras de sus padres. El precio medio del fruto tropical ronda los 2 euros el kilo en campo, pudiendo alcanzar los 3 euros los calibres más grandes. Su alta cotización en origen lo ha convertido en la alternativa al cítrico en la comarca de la Marina Baixa, donde ya ha sustituido al 80% de las plantaciones de naranja y limón.

Algunos agricultores lo denominan como “el árbol de oro” por la rentabilidad que proporciona y por ser un cultivo que no requiere de excesivos cuidados. Por ello, el aguacate se ha convertido en los últimos cinco años en el cultivo emergente más importante de la provincia y ha llegado a desbancar a las tradicionales plantaciones de cítricos de la comarca de la Marina Baixa, de las que ya ha suplantado el 80% de las hectáreas. De hecho, para 2017 se estima una producción total de alrededor de 600.000 kilos de este fruto, un 50% más que en 2016 (400.000 kilos), una cifra elevada teniendo en cuenta que hace diez años los niveles de producción eran de 50.000 kilos y que se ha perdido entre el 10% y el 15% de la cosecha debido al temporal de viento y nieve del mes de enero. 

 En cuanto a los precios, actualmente el agricultor está percibiendo una media de 2 euros el kilo en campo para calibres normales, llegando casi a los 3 euros para la fruta más grande y no bajando de 0,80 céntimos el kilo para las piezas de destrío. Unas cifras muy atractivas para los productores de la zona, que han visto como el aguacate ha sustituido a los cítricos y ahora es el cultivo que complementa al níspero, fruto este último que ha vivido una merma de producción en los últimos años de alrededor de un 50% a casusa de la sequía y adversidades climáticas.  

 Uno de los aspectos más positivos del aguacate y que ha seducido a muchos productores es que permite una recolección escalonada durante su ciclo de producción, que va de diciembre a abril. Esto quiere decir que la fruta aguanta óptima en el árbol tanto a principio de la época de recolección, como a mediados o final de ciclo, con lo que al agricultor le permite jugar con el precio de mercado y recolectarla en el momento en que mejor se paga.

 Asimismo, se trata de un árbol que no requiere de grandes cuidados ni recolecciones especialmente artesanales ni laboriosas, y este es uno de los motivos que ha hecho que jóvenes agricultores y personas que compaginan la actividad agrícola con otra ocupación laboral se hayan decantado por este cultivo tropical. Aun así, como señala el presidente de ASAJA en Callosa d´En Sarrià, Rafael Gregori, ha de tenerse precaución a la hora de sustituir parcelas de cítricos o nísperos por aguacate, ya que la producción anual del aguacate es muy desigual y, por ello, solo recomienda el relevo de otro cultivo por este a grandes explotaciones que cuenten con un número muy elevado de ejemplares. “Para un pequeño agricultor con plantaciones modestas siempre seguirá siendo más rentable el níspero, porque da muchos más frutos por árbol que el aguacate y las cosechas se mantienen estable año tras año. El problema del aguacate es que da menos fruto que otros cultivos y, además, ofrece producciones muy desiguales. Un árbol medio te puede dar 60-70 kilos un año y, al siguiente, tan solo 10-15 kilos. Por ello, y dado que es un cultivo rentable que se adapta extraordinariamente a nuestra zona ofreciendo una calidad de primera, ya se están estudiando y experimentando nuevas variedades que ofrezcan más fruto y estabilidad de producción”.

 Robos en el campo

La proliferación del “árbol de oro” y el alto precio de su fruto en campo no ha pasado desapercibido para los ladrones, que han visto en este cultivo un “filón” del que sacar buena tajada. Por ello, el problema de hurtos de aguacates en la zona de la Marina Baixa no deja de crecer y restar rentabilidad al agricultor. “Son muchos los productores que están denunciado la alta tasa de robos de aguacates que, posteriormente, se venden en puestos de mercadillos de la comarca. Se sabe quiénes son, pero no se puede demostrar, por lo que es difícil actuar legalmente contra ellos. Por ello, pedimos encarecidamente al equipo Roca de la Guardia Civil que intensifique los operativos de vigilancia y que detecte los robos en el momento, además de endurecer las penas, porque nos encontramos en plena campaña y las pérdidas para los agricultores por hurto son cuantiosas”, afirma el presidente de Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante, Eladio Aniorte.  

 Actualmente hay alrededor de 300 hectáreas plantadas en Callosa d´En Sarrià, más del doble que hace cinco años, pero, aunque las producciones aumentan, aún no hemos alanzado los niveles estándar de cosecha de cítricos que antes proporcionaba la comarca.  

Cabe destacar que la Marina Baixa disfruta de unas características orográficas y una calidad del agua perfectas para la continuidad y proliferación de este cultivo tropical, del que cada vez hay más demanda y del que se exporta el 80% de la cosecha a países europeos. De hecho, en los últimos años el consumo en Europa se ha multiplicado por 10.