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La plaga de la Cochinilla del Carmín está afectando a las chumberas de la provincia de Cádiz desde 2015, con un aumento progresivo. El resultado, la planta incorporada al paisaje gaditano cuatro siglos atrás está desapareciendo de nuestro entorno. Al perder asentamiento los terrenos, se han producido derrumbes en varias poblaciones. En algunas localidades, los vecinos se quejan de las picaduras, de las manchas en ropa y muebles al invadir viviendas y espacios públicos de ocio. A ello se une la pérdida económica para muchas familias que comercian con la chumbera. Ante la situación y las quejas, la Diputación Provincial ha promovido investigar la forma de controlar y la lucha contra esta plaga.

 

El proyecto cuenta con la colaboración de la Diputación y la Universidad de Córdoba

 

Para ello ha firmado un convenio de colaboración con Asaja-Cádiz destinado a la ejecución de un proyecto de lucha y control contra la Cochinilla de la chumbera (Dactylopius) en la provincia. El proyecto está presupuestado en 100.000 euros. Se cuenta con la aportación en la investigación de la Universidad de Córdoba.

“Lo que queremos realmente es que se haga un estudio profundo de la situación en la que se encuentran las chumberas en toda la provincia de Cádiz, para poder solventar un problema que preocupa a la ciudadanía por la repercusión que está teniendo”, informa la vicepresidenta segunda de la Diputación de Cádiz y diputada responsable del área de Desarrollo Sostenible, Maribel Peinado. “Además de la situación de las chumberas, hay municipios donde se han producido desprendimientos de laderas ante los que hemos tenido que solventar las situaciones, arrancando las plantas afectadas y procediendo a quemarlas o enterrarlas para impedir la propagación”, indica Maribel Peinado, quien también señala que antes de tomarse la decisión de investigar a fondo el problema, la Diputación ha tratado de informar técnicamente a los ayuntamientos afectados.

Desde la Corporación Provincial se entiende que la especie afectada por esta plaga, a pesar de haber sido introducida en las naves que llegaban de Indias, se encuentra en la actualidad totalmente integrada en el paisaje gaditano, junto con el resto de especies autóctonas y desempeña servicios ecosistémicos esenciales, como son la producción de frutos para el consumo humano (higos chumbos), actuación como límite natural de fincas, lucha contra la erosión, utilización de las palas como alimento para el ganado (retirando las espinas) y ofrecen un espacio de refugio para la fauna. Así se reconoce a la hora de exponer la necesidad del convenio suscrito con Asaja-Cádiz.

“En primer lugar las chumberas representan en muchas explotaciones agrícolas los linderos de las mismas y vienen a delimitar las zonas privadas de las fincas; por otro lado también tienen un fruto, que genera empleo y valor desde la perspectiva de nuestra producción. Hay muchas familias que comen del fruto de la chumbera”, argumenta por su parte Pedro Gallardo, presidente de Asaja-Cádiz.

El proyecto ya está en marcha. Se han localizado previamente a los ensayos de tratamiento distintos puntos en la provincia, donde se localizan plantas de chumbera con diferentes grados de infestación, desde el más bajo al alto, para establecer una escala de referencia. Meelad Yousef es el investigador de la Universidad de Córdoba responsable de la metodología de las pruebas que se llevan a cabo.

 “Vamos a probar distintos tratamientos, uno químico y dos tratamientos biológicos, aplicando un hongo entomopatógeno y un depredador (larvas de Cryptolaemus monstrouzieri), y también otro con jabón potásico, además de un control sin ningún tratamiento, para luego analizar a lo largo de cinco o seis semanas cómo es la evolución del nivel de la infestación de la Cochinilla de la Chumbera, para llegar al final a un resultado que nos podría indicar que este tratamiento sería una solución para la plaga invasora de este insecto”, explica Meelad Yousef.

Para ello se trabaja en al menos 20-25 metros lineales de plantas, divididas en 4 bloques. Cada uno se divide en parcelas, en este caso de 1 metro lineal y se llevan a cabo los referidos tratamientos.

Al finalizar el proyecto de investigación, a mediados del próximo septiembre, sus resultados serán dados a conocer en una jornada técnica de difusión y también se publicará un material divulgativo para el conocimiento de los interesados.

En España han convivido la chumbera con la Cochinilla del Carmín (D. coccus) sin problemas para la supervivencia de la primera. Sin embargo, la situación se ha visto drásticamente alterada con la introducción y, posterior, detección en 2007, de la especie de cochinilla D. opuntiae, en la Comunidad de Murcia. En Extremadura, Murcia, Andalucía, Baleares y Canarias, los campos de chumberas ocupan en total unas 6.000 hectáreas; en ellas, está haciendo estragos la nueva especie de cochinilla (D. opuntiae). También afecta a otros países de la cuenca Mediterránea.