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La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ávila ha asegurado que es el sexto ataque que sufre el ganadero en lo que va de 2018. Aseveran que no son los únicos ataques en la zona y por ello reclaman medidas urgentes

 

Según ha dado a conocer el presidente provincial de ASAJA, Joaquín Antonio Pino, un ganadero de Zapardiel de la Cañada, de la comarca Barco-Piedrahíta ha sufrido de nuevo la presencia del lobo.

El último ataque de los cánidos ha tenido lugar, según la OPA, el lunes en el término municipal de Zapardiel de la Cañada. Las terneras tenían quince y dos días de vida, respectivamente.

Según ha asegurado el propio ganadero: “cuando fuimos a dar de comer al ganado nos encontramos con los restos de la ternera de quince días al lado de unos espinos. Y al ver esa situación nos acercamos a la vaca que había parido el sábado pasado, y vimos que su cría, de tan solo dos días había sido devorada por los lobos”.

José María Romero, el ganadero afectado, ha subrayado que la gente del pueblo ya están viendo a los cánidos por caminos e incluso correr detrás de los jabalíes.

Romero ha puesto de manifiesto que las administraciones creen que los trabajadores del campo son un cero a la izquierda, se pregunta en qué piensa la Junta de Castilla y León cuando dejan campar a sus anchas a los lobos. En sus palabras lo que debe hacerse es tener a los lobos en una reserva. Además, según él, los ganaderos no piden limosna tras los ataques, solo quieren que se les paguen unos precios justos por los daños, porque no solo es el animal muerto, sino también los abortos que surgen tras la visita de los lobos.

La organización agraria ASAJA-Ávila ha lamentado que dejen de lado las reivindicaciones de los profesionales del sector, que son quienes están día a día sufriendo las consecuencias de los cánidos.

Ha apostillado el dirigente agrario que la única medida efectiva que puede funcionar es el control poblacional. “Si no se dota de herramientas jurídicas a la administración regional para poder atajar el problema, la situación será extrema para los ganaderos”. Mientras eso no sucede, ha aseverado, es prioritario que se apliquen los baremos de indemnización, para que se ajusten a los precios de mercado y se equiparen a las pérdidas ocasionadas por los cánidos.

Ha recordado, Joaquín Antonio Pino, que no cejan en su empeño de que la Junta de Castilla y León pague lo que debe a los ganaderos a la mayor brevedad los expedientes de indemnización ocasionados por los lobos a finales de 2015 y principios de 2016.

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