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Coincidiendo hoy, 22 de marzo, con la celebración del Día Mundial del Agua, desde Asaja Córdoba valoramos muy positivamente la iniciativa del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de impulsar un Pacto Nacional del Agua, sin duda, una decisión importante y necesaria para el campo español.

 

   Por ello, creemos que es el momento de trasladar a las diferentes administraciones y partidos políticos una serie de demandas históricas de los agricultores y ganaderos de Córdoba, tanto en la cuenca del Guadalquivir como en la del Guadiana, para que se valoren y sean incluidas en los acuerdos que se adopten.

   Por ejemplo, en la cuenca del Guadalquivir, la gran demanda es la necesidad de ampliar regadíos en Córdoba para garantizar un futuro a las explotaciones de nuestra provincia. Y es que Córdoba es la provincia de la cuenca del Guadalquivir que más agua almacena (un 49,55%) y la que menos riegos tiene (solo un 16,83%). También, Córdoba es la provincia que menos porcentaje de olivar en riego tiene en esta cuenca (solo un 14,39%) a pesar de ser la segunda en superficie de olivar, por lo que esta situación empobrece nuestras zonas rurales debido a la penosa situación de los cultivos de secano, que hace que sólo los riegos sean competitivos.

   Por otro lado, entendemos que hay dotaciones suficientes para revertir la situación. En Córdoba, según datos de la Consejería de Agricultura, se han dejado de usar desde los años 90, o no se han asignado dotaciones previstas en el Plan Hidrológico, un mínimo de 228 Hm3, mientras que en otras provincias se han ido incrementando los regadíos desde esa fecha. Esos 228 Hm3 procederían de las zonas regables del Guadalmellato, Guadajoz, riegos con toma directa y Genil Cabra, entre otras.

   Pero, además, sigue yendo mucha agua al mar durante diferentes épocas del año, pues no se permiten bombeos directos a balsas de aguas de escorrentía invernales. También, se ponen todo tipo de trabas a la construcción de balsas y microembalses, en muchos casos por la falta de coordinación entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y las consejerías de Agricultura y Medioambiente, que cada una actúa por su cuenta. Existen limitaciones al uso de aguas regeneradas (ahora en vías de solución), o limitaciones a nuevas concesiones de aguas subterráneas y legalizaciones de pozos, todo lo cual frena la inversión y la generación de riqueza.

   Además, no se soluciona el problema del tapón salino que, con 150 millones de euros estaría resuelto y se liberarían otros cerca de 100 Hm3. Tampoco se finaliza la zona regable del Genil-Cabra, según estaba prevista, y no se dan ayudas a modernizar los riegos con toma directa del Guadalquivir.

   De esta forma, podemos concluir que Córdoba tiene una infradotación de regadío muy notable frente a otras provincias y que hay dotaciones suficientes para revertir la situación. Eso es lo que desde Asaja pedimos que se valore en el Pacto Nacional del Agua porque no cambiar este injusto agravio sería poner en grave riesgo la economía de las zonas rurales cordobesas, más aún cuando hay agua suficiente sin quitar nada a nadie si se toman las decisiones adecuadas, que permitirían poner en Córdoba un mínimo de 150.000 ha. de olivar en riego a razón de 1.500 m3/Ha.

   Pero no podemos olvidar que, en esta cuenca del Guadalquivir, hay unas importantes zonas ganaderas en la sierra que, a veces, tienen problemas muy serios de abastecimiento de agua para el ganado, que podrían solucionarse con autorizaciones de microembalses de un volumen mínimo o facilitando la realización de pozos.

Por otra parte, en la cuenca del Guadiana, la gran demanda es garantizar el abastecimiento de agua para el ganado, pero también hay una posibilidad real de hacer una zona regable en esas comarcas desfavorecidas como son el Guadiato y los Pedroches con los muchos Hm3 disponibles del embalse de La Colada.

  Creemos que sería importante, que la gestión del agua no sólo sea un concepto hidrológico sino también un concepto agronómico, y que el agua que debe ir para riego o ganado no solo se considere el agua que se desembalsa de los grandes pantanos sino también las de escorrentías, balsas, microembalses y pozos.

   Por todo ello, Asaja participa en Córdoba en la Mesa del Regadío que recoge las demandas de nuestra organización, y ha sido impulsada con gran acierto por el delegado de Agricultura de la Junta de Andalucía en Córdoba con el objeto de dar agua al campo cordobés y corregir el agravio histórico con Córdoba para mejorar la economía y el empleo en nuestra provincia. Esperemos que lleguen a buen fin las demandas del campo cordobés.