Como cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Una jornada en la que aprovechamos para recordar y concienciar de que el agua es el recurso más importante para la humanidad. Un bien indispensable para todas las actividades sociales, económicas y ambientales.

 

Como cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Una jornada en la que aprovechamos para recordar y concienciar de que el agua es el recurso más importante para la humanidad. Un bien indispensable para todas las actividades sociales, económicas y ambientales. Un elemento vital para todos los seres de este planeta, ya sean humanos, animales o vegetales. Sin embargo, muy a mi pesar, este año tenemos poco que celebrar. Y es que, ya van diez meses con el trasvase Tajo-Segura cerrado a cal y canto, la única fuente de aporte que teníamos hacia la cuenca más deficitaria de España, la del Segura.

No puedo dejar de recordar en este día que, gracias al agua del trasvase se han creado más de 300.000 puestos de trabajo relacionados con la agricultura y el turismo, además suma 2.364 millones de euros al PIB y abastece de frutas y verduras a toda Europa, lo que nos ha hecho convertirnos en la despensa del viejo continente.

Desde ASAJA-Alicante lo hemos dicho por activa y por pasiva. No hay un problema de escasez, sino de falta de gestión y gobernanza del recurso hídrico. No hay política de Estado en materia de Agua. No hay un plan de infraestructuras equilibrado que atienda nuestro déficit estructural y los problemas de abastecimiento de España. El Gobierno Central es el responsable de garantizar la seguridad hídrica en todo el territorio y la certidumbre de disponer de agua de una forma sostenible y regular. Lo malo es que, si queremos solucionar la sequía cuando ya se está produciendo, llegamos tarde. La redistribución hídrica de un país cada vez más amenazado por fuertes episodios de sequía, debido al avance del cambio climático, debe planificarse a medio y largo plazo, evaluando las necesidades de agua para todos los usos, el recurso disponible y las áreas más deficitarias. En definitiva, la planificación hídrica debe ejecutarse cuando hay agua y debe basarse en la premisa de que los trasvases son esenciales dentro de la solución al déficit porque, según todos los estudios realizados, España tiene agua, pero mal distribuida.

De hecho, con las últimas precipitaciones del invierno hemos visto como la mayoría de las cuencas se han recuperado y algunas ciudades han estado días en vilo por miedo al desbordamiento de muchos de sus ríos. Lo embalses de España han aumentado a una media del 60,2% de su capacidad. La totalidad de la cuenca del Tajo se encuentra al 62%, superando incluso a la del Ebro. Pero en la cuenca del Segura seguimos en situación de máxima emergencia, porque está al 22,4% ¿Por qué nadie afronta la reordenación de todos estos recursos tan desigualmente repartidos? Tenemos un Gobierno egoísta e incapaz que sigue acomodado, adormecido y que deja pasar días, meses y años parapetado en el estéril, pero mediático discurso del Pacto Nacional del Agua.

Por todo lo dicho, a pesar de que hoy es un día hermoso en el que celebramos la existencia de un recurso gracias al cual hay vida en la Tierra, los que nos vemos privados de él por mera insolidaridad y dejadez política, nos sentimos impotentes. Aun así, quiero decir que, dentro de esta oscuridad, los regantes de Alicante y Murcia hemos visto un rayo de luz por un doble motivo. Por un lado, anteayer, 20 de marzo, recibimos la grata noticia de que la cabecera del Tajo acaba de superar los 400 hectómetros, superándose la línea roja trasvasable, por la cual el Ministerio de Agricultura estará obligado a enviar agua a través del acueducto Tajo-Segura a partir de abril.  

Por otro, el 7 de marzo el Levante Español desbordó el centro de Madrid en una gran manifestación en defensa del agua a la que asistieron 50.000 personas. Sin duda, una inyección moral sin precedentes para los castigados agricultores de la Huerta de Europa. Y es que, los ciudadanos del sureste español hemos demostrado al resto del país y a nosotros mismos que estamos unidos, que somos un bloque indisoluble y que no vamos a dejar de luchar por lo que nos pertenece como personas por derecho constitucional. Se escapa a mi entendimiento que, si todos los partidos políticos estuvieron presentes en la gran manifestación de Madrid, si se pusieron tras la pancarta con el lema defendido por el Círculo por el Agua: “En el Levante sin agua desierto y paro defendamos la Huerta de Europa”, apoyando el manifiesto… ¿por qué motivo no está firmado YA el Pacto Nacional del Agua?

El mensaje para Tejerina en el Día Mundial del Agua es directo: ministra, sin agua el campo no produce y si el campo no produce la ciudad no come. El agua es un problema de Estado y no podemos esperar un día más para que aborde la reordenación de los recursos y la puesta en marcha de las infraestructuras pertinentes. De lo contrario, el bloque del Levante español, más unido que nunca, continuará en su lucha para que cese la negligencia con un recurso de primera necesidad y disponer de un reparto equitativo del AGUA.