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Eladio Aniorte. Presidente de Asaja Alicante.

 

Después de una vertiginosa primavera electoral, de un mes de junio plagado de reuniones, acuerdos, pactos y, finalmente, la formación del Botànic II, integrado por PSPV, Compromís y Unides Podem-EUPV, ha sido durante el mes de julio cuando los nuevos consellers han empezado a dar sus primeros pasos. Algunas de las carteras repiten cara, pero, concretamente, la de Agricultura, no solo ha estrenado nombre, incluyendo los términos “emergencia climática y transición ecológica”, sino que, también, tiene nueva titular, la ilicitana y una de las caras visible de Compromís, Mireia Mollá. Política que hasta ahora ha sido concejala en Elche, donde ha mostrado su implicación con el sector agrícola de su ciudad, ya que fue la responsable de que el Ayuntamiento de Elche pudiera bonificar el 95% del impuesto de IBI rústico para casetas de riego y embalses.

Su incorporación al Consell ha sido una noticia que desde ASAJA Alicante hemos valorado positivamente, con optimismo y expectación. Y es que, tras una pasada legislatura huérfanos de consellera de Agricultura en Alicante, en la que Elena Cebrián marginó al sector, haciendo perfecta gala del refrán “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”, la incorporación de Mollà creemos que será protagonista y activa para los productores de frutas y hortalizas de la provincia, ya que es una persona implicada, de la tierra, con ganas de trabajar y de que cambien las cosas. Por lo pronto en su primer mes ya ha hecho algo que la anterior consellera no hizo en sus cuatro años: reunirse con ASAJA, escuchar los problemas de los agricultores y ganaderos y atender nuestras propuestas con voluntad de trabajarlas. Y quiero aprovechar este artículo para recordarle cuatro temas que no puede dejar de abordar en este mandato y que están ahogando al sector:

En primer lugar, esta conselleria tiene que romper con el hermetismo, la opacidad, el centralismo y la falta de diálogo de la anterior etapa.

En segundo lugar, quiero incidir en un aspecto que nos preocupa sobremanera, y es el posicionamiento antitrasvasista que la nueva consellera ha expresado en alguna ocasión. Debe ser consciente de que el sur de la provincia de Alicante tiene un déficit hídrico permanente de más de 500 hectómetros y que esto es un hándicap que no se puede solucionar con agua desalinizada. La solución definitiva viene del aporte del agua de los ríos, es decir, de los trasvases. Con esto no quiero decir que se eliminen las desalinizadoras, sino que son solo una solución puntual y que un sistema agrícola competitivo no se sustenta con agua desalinizada en ningún sitio del mundo. Por tanto, la apuesta por los trasvases, el mantenimiento del Tajo-Segura y la implantación de la gobernanza del agua con un proyecto solidario, efectivo y sostenible, han de ser caballos de batalla inaplazables para esta conselleria y, ante la urgencia e inestabilidad que genera este tema en el sector, le pedimos a Mireia que se exprese públicamente.

Hablando de los bajos precios agrícolas en origen, la nueva cartera de Agricultura debe velar porque la agricultura valenciana no continúe siendo la moneda de cambio de todos los tratados que se firman en Europa con terceros países, hecho que el pasado año generó una crisis citrícola sin precedentes por la entrada de naranjas de Sudáfrica. Hay un trabajo muy importante que hacer en Europa para que este tipo de Acuerdos se suspendan, se dé prioridad a las producciones europeas y solo se importe cuando aquí no estemos en inicio o plena campaña.

El cuarto tema de máxima urgencia es el de la Xylella Fastidiosa. Una plaga que, según los investigadores que han trabajado en Alicante, lleva más de treinta años en nuestro territorio. Hecho que demuestra que está extendida y, por ende, que el protocolo de Erradicación que aplica el Consell no está dando, ni dará resultados, ya que esto solo es efectivo en brotes muy localizados. A pesar de ello, desde la Administración siguen enrocados en aplicar la tala masiva de árboles. La nueva Conselleria tiene la oportunidad y el deber de rectificar y, por ello, le pedimos que evalúe la situación y cambie a la Contención, tal y como han aconsejado los expertos y como ya se hace en otras zonas del mundo donde la Xylella lleva décadas instalada.

En definitiva, necesitamos a una consellera que apueste por la Agricultura Mediterránea, que pise el campo, que atienda al sector, que empatice con sus preocupaciones y, sobre todo, que sepa escuchar. Que demuestre en Valencia que Alicante y su agricultura también existimos. Que exija que se cuente con nuestra opinión ante la toma de decisiones y consultas en el Consell. Queremos que Mireia Mollà le saque al sector agroalimentario de la provincia toda la “molla”, todas las bondades y beneficios que éste esconde, que son muchos, pero no pueden explotar por las trabas constantes y las piedras en el camino.