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Gracias al Real Decreto 1620/2007 aprobado por el anterior Gobierno para regular el uso del agua regenerada en España, el desarrollo de este sector durante los últimos siete años ha sido fulgurante

 Rodrigo Guitérrez/eleconomista

Gracias al Real Decreto 1620/2007 aprobado por el anterior Gobierno para regular el uso del agua regenerada en España, el desarrollo de este sector durante los últimos siete años ha sido fulgurante, de forma que un 12 por ciento de las aguas residuales que pasan por las depuradoras ya se reutilizan en España según los últimos datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística.

No es para menos. Con la tensión hídrica que sufre nuestro país la reutilización se ha revelado como una herramienta indispensable para aumentar la disponibilidad de este bien en localizaciones especialmente sensibles como la costa, donde los ríos son sometidos a un mayor estrés que en zonas de interior dado que el agua depurada no se devuelve al cauce, sino que se vierte directamente al mar.

Así, el hecho de destinar el recurso procedente de las cuencas sólo para usos que requieran la máxima calidad, como el abastecimiento urbano, y emplear el agua procedente de las depuradoras con fines industriales o agrícolas para reducir la presión sobre los ríos, es una práctica que recibe cada vez más apoyos y que ha permitido a nuestro país situarse a la vanguardia internacional, con proyectos pioneros como el desarrollado por el Canal de Isabel II para la papelera Holmen Paper.

Ambas partes pusieron en marcha en 2011 una planta regeneradora con la que reutilizar cerca de 10.500 metros cúbicos de agua al día -3,8 hectómetros cúbicos al año- en la fabricación de papel reciclado. O lo que es lo mismo, 121 litros por segundo. Un objetivo para el que la empresa puso en marcha una avanzada tecnología de membranas y desinfección con la que asegurarse de que el agua procedente de las depuradoras urbanas tiene una calidad suficiente como para que los procesos industriales de la papelera no se vean afectados.

Complejo petroquímico

Un ejemplo parecido lo encontramos en Tarragona en el complejo petroquímico más grande del Mediterráneo, en el polígono del Vila Seca. Aquí, Veolia Water está detrás de la estación Regeneradora del Camp de Tarragona, la cual se abastece del agua procedente de las estaciones depuradoras urbanas de la capital de provincia y de Vilaseca-Salou para la alimentación de las torres de refrigeración de estas industrias químicas. "Un proyecto pionero que permite liberar recursos de agua potable procedente del río Ebro para destinarlos al consumo humano en las poblaciones", explican desde la división de la compañía en España. Algunas de las empresas que se están beneficiando de esta instalación son Repsol, Basf, IQA, Ercros, Dow Chemical, Celanese y la farmacéutica Bayer.

Usos limitados

Los usos industriales, el riego de parques y jardines públicos y la limpieza urbana no son, en cualquier caso, los únicos destinos del agua regenerada según la Ley. De hecho, estos usos representan apenas un 5 por ciento de todo el recurso que se reutiliza en España. La agricultura, como sucede con el agua normal, es el sector que más uso hace de la reutilización. Y es que más de un 70 por ciento del agua regenerada se destina a la irrigación de los campos de cultivo.

El riego de los campos de golf también representa un porcentaje muy alto en esta estadística, cercano al 10%. Otros usos menores regulados por el Real Decreto 1620/2007 son la extinción de incendios, el lavado de coches o la descarga de aparatos sanitarios, como el agua de la cisterna de los inodoros. Por otro lado, los usos prohibidos apuntan al consumo humano -salvo catástrofes-, la industria alimentaria, los hospitales, la acuicultura, piscinas, aires acondicionados y fuentes y ornamentación.

La razón por la cual no está permitido emplear agua regenerada para el consumo humano o para aquellas actividades que puedan tener un efecto directo sobre la salud de las personas tiene que ver con la calidad de esta agua y su microbiología. Y es que aunque los sistemas de regeneración hoy en día son capaces de dejar el agua depurada en unas muy buenas condiciones, la inactivación microbiológica del agua regenerada es mucho más intensa e intensiva que para el agua potable, lo que no deja de entrañar ciertos riesgos sanitarios derivados de los procesos químicos que se emplean para su producción. No hay que olvidar que este recurso hídrico ha sido antes residual y que su paso por una depuradora sólo sirve para dotarlo de la calidad suficiente como para poder ser vertida al medio ambiente pero no para el consumo humano. A pesar de las ventajas que la reutilización representa para la sostenibilidad hídrica, en España existen importantes diferencias entre comunidades autónomas.

Como puede verse en el gráfico que acompaña a este reportaje, las zonas con más escasez de agua son las más avanzadas en este ámbito. Así, la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia regeneran más del 50 por ciento de todo el agua que sale de sus depuradoras, según los últimos datos hecho públicos por el Instituto Nacional de Estadística correspondientes al año 2011. En contraste, en aquellas zonas más lluviosas, como Cantabria, Navarra o la Rioja, el porcentaje de reutilización es cero. En España, la media se sitúa en el 12,3 por ciento.

A la vanguardia internacional

Pese a que este porcentaje aún es mejorable, nuestro país es de los más avanzados del mundo en este ámbito, tal y como lo ha reconocido recientemente la Unión Europea en sus premios Emas 2014, con los cuales galardona a los mejores proyectos de gestión medioambiental. Seis distinciones de las que una fue a parar al Aeropuerto de Menorca por haber reducido considerablemente su consumo de agua mediante la reutilización de aguas residuales.

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